No tengo historias de muertes aterradoras, ni de falta de cariño. De hecho tengo el amor de mi familia y con eso deberia quedarme, teniendo en cuenta que mucha gente ni siquiera tiene eso.
Dicen que hay eventos que trauman. No sé si estoy traumada, no tengo claro si las cosas que viví afectaron mi forma de tomar los asuntos de la vida y llevar mi propia vida por el camino correcto eligiendo bien, con razón, con sentimientos claros.
Los niños que viven en un ambiente violento ¿Serán violentos en su adultez?, Si vieron a sus padres golpearse, pelear a gritos, tirarse cosas por la cabeza, ¿Serán adultos sin control de ira, que gustan de golpear a sus parejas, a sus hijos o a sus mascotas?
Mis padres pelearon por muchos años. Vi golpes, escuché gritos, esquivé objetos que por arte de magia adquirian vida propia y capacidad para volar y que recorrían la casa de rincón a rincón...
Yo no soy golpeadora, sin embargo, cambié el descontrol de ira, por la incapacidad de defenderme. Me transformé en una esponja absorve todo, incapaz de derramar mi contenido salvo en los momentos en que el caos me llena la vida y decido, por salvataje propio echar afuera esta "mierda" que me carcome a diario a través de las lágrimas.
Si, soy una llorona empedernida, pero creo que eso es lo único que me mantiene viva y con una salud mental más o menos estable, teniendo en cuenta que cuando pareciera que ya nada puede ser peor, las cosas empeoran.
Las lágrimas son mi salida más sana, mas cercana, mas economica y mas salada que tengo para dejar de llenarme de problemas propios y ajenos, es que pagarle a un psicologo que no sabe lo que uno piensa realmente, las cosas que soporta, la vida que le toca, no vale la pena.
Las penas que tengo son muchas, mis penas personales, son demasiadas.
Me criaron con la idea que el fracaso es lo peor, que todo tiene que estar bien, empezar bien y terminar mejor. Cuando me enfrento al fracaso, es para mi, como si se acabara el mundo.
Llevo cerca de 4 años (si no me equivoco) tratando de salir del hoyo en que quedé después de que me echaran de la Universidad, es que llevaba mi tiempo adentro, sacandome la cresta estudiando, haciendo miles y niles de informes, trabajos, investigaciones, prácticas, observaciones, para poder al fin llegar al último semestre, después de tanto estrés, después de poner todo lo mejor que yo podia ofrecer, para que, simplemente me echaran.
Es horrible llegar a tu primer día de clases y encontrarte con que no tienes clases, no vas ha tener clases ahora ni nunca. La carta en que se me cominicaba esta situación la tenía mi jefa de carrera, a mi casa no llegó, no estaba preparada para eso, no en ese momento, no cuando me quedaba un semestre con los dos últimos ramos.
Creo que fue la primera vez que tuve claro que estaba frente a un ataque de pánico, recurri a la psicologa del campus, la que me dio un sedante, llame a mi madre por que yo ya no podia moverme, experimentaba la sensacion de que en cualquier momento me iba a morir, que me daría un paro cardíaco, que me daba un infarto cerebral, que me iban a explotar las tripas y que nadie me podía sacar de alli, que el suelo se transformaba en un abismo infinito y que de a poco, como en la arena movediza, en camara lenta, me iba hundiendo, y cayendo a un lugar sin fondo, a un limbo interdimensional.
Estoy intentando salir de ese hoyo, pero me cuesta, sobre todo teniendo en cuenta de que por haberme echado, perdí todo lo que habia estudiado. No tienen validez los 6 años que estudié, no tengo título, no tengo trabajo, no tengo experiencia laboral, no tengo dinero...lo único que tengo son deudas y necesidades que gracias a Dios he podido solventar con ayuda de mi familia.
Mis penas son muchas, pero todos los días me levanto, aunque hay días en que no levantaría la cabeza de la almohada. Tengo que intentar sobrevivir al fracaso, a la necesidad, a la imposibilidad de llevar a cabo algunas de mis metas, por lo menos en estos momentos. La lucha es dura y la vida el dura, pero también es larga, o por lo menos eso es lo que quiero pensar, que mi vida me dará el tiempo suficiente para poder lograr mis objetivos, llegar a la felicidad que busco incansablemente y dar lo mejor de mi, y que los demás vean que si soy capaz de cosas buenas y grandes y que no soy otra pulga más en la cola del perro.
De mis penas quiero aprender, eso es lo que me ayuda a vivir, a convivir con mis penas, a revivir De Mis Penas.
1 comentario:
Hola Sailor, te estuve leyendo y me impacto tu historia, que es pareciada a la de miles.
Sigue luchando o no podras salir del agujero. Creo que, a decir verdad, todos pataleamos en el fondo de un gran agujero solo para mantenernos a flote, sin hundirnos mas.
Un abrazo y mucha fuerza. Quiero realmente que sientas este abrazo y te de las fuerzas para seguir manoteando.
El Kami.
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