En los 29 años de mi existencia, siempre he sido criada, bajo el alero de la religión Católica, con todos los Mandamientos, Sacramentos y Dogmas.
Mucha gente se aleja de la religión que profesa, por que la otra es más atractiva, o por que lo llena espiritualmente o por que tuvieron una mala experiencia. Yo era Católica practicante, hasta que un día vi más allá de mi naríz.
No soy Creyente Practicante, pues, a pesar de lo mucho que participé durante dos años en el Catecismo de Niños y en el coro de la Capilla María de los Ángeles, en San Bernardo, y de lo mucho que recibí de las familias de los niños, vi la cara oculta de la Iglesia, donde hay incluso un tipo de mafia disfrazada de ministros, donde uno ve que la Iglesia de Dios, está formada por simples hombres.
Mi experiencia comenzó al reunirme con un grupo de gente en una capilla silenciosa, pequeña y sencilla. Ahi me invitaron a participar en el coro, teniendo en cuenta - modestamente - que tengo una bonita voz.
Sin embargo, pasado un tiempo, y tras madrugar cada domingo - las misas son a las 8 de la mañana, y le llaman "La Misa de las Abuelitas", pues la feligresía es mayormente de ancianos- me invitaron a participar en el Catesismo de los niños de 2° año, donde me encontré con un deplorable grupo, que no tenía idea de lo que estaban aprendiendo, que no tenían ningún orden, respeto, ni rutina para las clases y que además no estaban ni motivados, ni mantenían un cuaderno donde seguir las materias básicas que se entrega en el catesismo. No sabían el Padre Nuestro ni el Ave María, no sabían persignarse ni mucho menos el Credo. Me vi frente a un grupo pobre en conocimiento, y por el cual, la anterior guía, no hizo nada para que esas mentes ávidas de imaginación y de ansias de saber sobre Dios, fueran satisfechas.
Pasé un año completamente estresante, por que para más trabajo, nos encargaron - a mi y a mi acompañante - el grupo de Catesismo de 1° año. Tuvimos que organizar los horarios, pues ambas clases se daban el sábado,tuvimos que ordenar los objetivos, para poder entregar todo nuestro pobre conocimiento sobre Él , además de coordinar los ensayos y reuniones del grupo que se hacian el mismo día. El fin de semana, se nos transformó en una tortura agradable, pues lo que hacíamos los haciamos por amor.
Entregamos dos grupos buenos, con niños que aprendieron a respetar, por que fueron respetados, niños que aprendieron a escuchar, por que fueron escuchados y sobre todo, niños que vieron en cada brizna de la creación, el amor de Dios. Nunca me arrepentiré del trabajo que, ayudados y guiados por el Padre, logramos hacer, venciendo contratiempos, problemas y trabajo.
Siempre, durante toda mi estancia en la Iglesia, como practicante, me sentí observada, juzgada y casi odiada por un sector X.
Vi envidia saliendo de los ojos de mis compañeras en el coro.
Vi molestia emanada de los corazones de mis compañeros de Catesismo.
Vi secretismo entre los feligreses que ayudaban más en los Templos, Capillas y Parroquias.
Vi la burla de unos hacia los que tenían algún defecto físico o mental.
Vi confabulaciones, infamias, mentiras, cahuines.
Vi todo eso, y me pareció, que esa no era la iglesia que yo enseñé a los niños. Los mandamientos pasaban por meras palabras escritas en piedra hace mucho en la Historia Sagrada. Los Sacramentos que nos unen, eran un simple trámite. Las enseñanzas de Cristo se transformaban en sentimientos lejanos, de un hombre-Dios antiguo.
Vi todas esas cosas y decidí salir de ella, por que no quería caer en eso. No quería formar parte de esa Iglesia de hombres y no de Dios. Alejada del amor al projimo y enamorada del poder.
Yo vi muchas cosas contradictorias en ella, y salí. Pero no salí para perderme en otra religión o secta o caer al abismo del ateísmo o quien sabe.
Salí de allí, para amar a Dios y a su creación, creyendo en los dogmas escritos a fuego en mi mente y corazón.
Si Dios ama a todos, por que Él es el amor en si, ¿por qué no me va a amar sin estar metida en un templo o religión practicante?
Una vez vi la película "Stigmata", y unas palabras me llenaron de ideas y sensaciones de consuelo el corazón:
"El Reino de Dios está dentro de ti y a tu alrededor, no en templos de piedra y madera.
Rompe un madero y ahí estará, levanta una piedra y lo encontrarás"
Con eso tengo, con ser y estar en el Reino.