En mi casa siempre ha habido algo. No sé si es bueno o malo, pero como aún no ha hecho nada espantoso, pienso que solo son almas que pasan sin saber que se atraviesan en las VIDAS de los vivos.
Si, algunas veces se han escuchado cosas extrañas. Desde suspiros hasta palabras. Cosas que se mueven sin que nadie las haya tocado, miles de objetos que desaparecen y que luego aparecen en los lugares más increíbles.
Mis experiencias son bastantes. Aunque nunca he tenido contanto directo con ellos.
He visto gente que no debería estar, como por ejemplos a mencionar:
- Una dama vestida con un vestido azul, parecía de principios de siglo, teniendo en cuenta la moda de esos tiempos. Mi Hijo dormía una siesta de la tarde, después de una terrible noche, pues estaba enfermo. Tenía una bronquitis espantosa que loo mantuvo con vomitos y malestar generalizado. Yo lo acosté en la cama, arropado y cerca de la ventana, para que el calor del sol lo mantuviera calientito, junté la puerta y fui al comedor. Sin embargo en una de las pasadas para ver como se encontraba, vi a esta mujer, junto a mi hijo, mirandolo, con la cabeza agachada, no le vi su rostro, pero parecia mirarlo detenidamente. Yo solo miré, luego, me devolvi al comedor y se lo comente a mi madre. Ella obviamente no me creyo. Lo más increíble fue, que al otro día mi niño se despertó mucho mejor, con mejor semblante y con sus pulmones más despejados.
- A mi tía María, que vivió por lo menos 2 años en mi casa, y que murió hace poco, la vi sentada en mi cama, observando a mi hijo. El era muy pequeño, no debía tener mas de 3 meses y dormía en su cuna. Ella estaba alli, sentada, con su falda negra y su chaleca fuxia, con su cabello corto y sus manos delgadas. Lo miraba con tal embelezo que casi entro en la pieza a conversar con ella, era tan real.
- A mi abuela, la vi salir de su pieza, poco después que ella falleciera. Iba como siempre lo hacía, apoyandose en la muralla, iba al baño.
- He visto a gente y he sentido cosas, como cuando me exiliaron de mi pieza y tuve que cambiarme al living con camas y petacas. Alli, una noche, me desperto un ruido, y cuando intente dormirme nuevamente, algo comenzó a tirar de la ropa de la cama. Nunca había sentido tanto miedo en mi vida, sobre todo, que cuando uno es presa del pánico, la voz se apaga y la garganta se aprieta imposibilitandome el grita, ni siquiera un gemido salia de mi boca.
- Un fantasma no lo vi aqui. Lo vi en el negocio de Felipe. mi pareja y padre de mi hijo. Mientras hacía mis tareas de cajera, escuche ta claro como el agua, el sonido que hacen los zapatos de vestir de hombre (esos que tienen la suela lisa) en el suelo de baldosa, al volverme vi la figura de un hombre alto y delgado, que llevaba puesto una chaqueta cafe, pantalones y una camisa cerrada hasta arriba pero sin corbata, que obseraba desde la puerta que da a la cocina. Yo no lo conocía, asi que el susto fue peor. Sin embargo, conversando con Felipe, y según como se lo describí, la figura que vi, fue la de su bisabuelo, que quizas pasaba revista de como se estaban llevando los negocios.
- Se ven nubes blancas deambular por la casa, y lo que más susto medio una vez, y que ahora ya me he acostumbrado, es a que me tiren la ropa, como si quisieran que uno los mirase, que uno tomase atención de ellos. La primera vez casi mori de la impresión, ahora no. Ya me acostumbre.
- Tengo tantos fantasmas, y experiencias que tendría que estar muchas más horas sentada aquí, creo que las otras historias las guardaré para mis nietos o para comentarlas después de tomar té, en las tardes de invierno, a la luz de una lámpara, en los momentos de vejez, para así dejar historias de viejitos para nosotros, los viejitos.
De todos mis fantasmas, ninguno me ha hecho daño, y se los agradezco en demasía. Vivo con la esperanza y la desesperanza de verlos y no verlos, es que muchas veces me asustan de verdad. Sin embargo, estos fantasmas tan reales, me hacen recordar a estas personas (solo a los fantasmas que conozco, obviamente) que quise mucho y que amo siempre. Y lo principal es que me hacen pensar de que después de la muerte hay algo más.
Saludos y Oraciones de Descanso, a mis Fantasmas Reales.-